Los vestidos de verano son la combinación perfecta de frescura y estilo femenino. Por ello, son el mejor aliado para combatir el calor de esta estación del año, que cada vez llega antes y nos abandona más tarde. Por eso, en tu fondo de armario no pueden faltar estas prendas que cada temporada renovamos en PLNS. Aquí te explicamos todo lo que debes saber de ellas, mientras que en nuestro catálogo de vestidos encontrarás los modelos más atractivos. ¡Descúbrelo a un solo click!
Cómo son los vestidos de verano
Hay una serie de características que, casi sin excepciones, tienen todos los vestidos de verano. Una de las más importantes es el tipo de manga: todos los modelos son de manga corta, de manga sisa, de tirantes o de un corte alternativo que, en cualquier caso, dejan buena parte del brazo al descubierto.
El tejido es más fino que en los vestidos empleados durante el resto del año. En ocasiones, el material es el mismo (poliéster, algodón), con la diferencia de que su grosor es menor. Pero en otros casos, el tejido es realmente distinto, por ejemplo en gasa o encaje, que son soluciones que asociamos inconscientemente al verano.
También es muy común que la falda sea corta, llegando hasta las rodillas o incluso unos centímetros por encima de esta. Además, suelen ser faldas de cierto vuelo, aumentando la sensación de ligereza y libertad, algo que no consiguen las faldas largas ceñidas.
Aunque no es una característica imprescindible, sí es habitual que el escote sea más generoso. De esta manera, aunque hay vestidos de verano con cuello redondo y sencillo, la mayoría de propuestas dan más desahogo a esta parte del cuerpo o incluso apuestan por escotes en pico, barco o palabra de honor, entre otros muchos casos.
En cuanto al diseño, estas prendas suelen incorporar detalles que, de una manera u otra, nos recuerdan a la primavera y al verano. Por ello, muchos son los modelos que se llenan de estampados florales o incorporan serigrafías y dibujos de ambientes marinos, playa, naturaleza… El colorido también está en sintonía con ello, con tonos amables y agradables que nos recuerdan al mar, al cielo, al sol…
Y por último, también es habitual que aparezcan con frecuencia elementos colgantes, vaporosos, con movimiento. Es el caso de cordones en escotes, flecos en mangas, volantes en faldas y un largo etcétera.
Cómo combinar los vestidos de verano
Al tratarse de prendas con un estilo ligero, los complementos y el resto de prendas del look también deben ir de la mano. Por ello, el calzado más habitual con los vestidos de verano son las sandalias, que dejan buena parte del pie al descubierto y se llevan sin calcetines o medias.
Otras prendas de calzado que también pueden admitir ciertos vestidos veraniegos son las zapatillas deportivas, especialmente las más bajas y de lona, con suela plana y de goma. Aportan un toque juvenil y desenfadado, en línea con muchas de estas prendas. Y, por qué no, las alpargatas pueden ser otra buena opción, o incluso aquel calzado inspirado en ellas, como zapatillas o sandalias con suela de esparto.
La ligereza y la comodidad deben ser también premisas a seguir en otros accesorios del look. Por ejemplo, en las mochilas de moda: modelos de pequeñas dimensiones con asas finas dan ese toque sofisticado y liviano que puede encajar aquí. Y si se trata de vestidos con cierto aire sport, las gymsacks o riñoneras pueden ser el accesorio perfecto.
Como ves, las opciones son numerosas. De ti depende configurar el look perfecto con nuestros vestidos de verano. ¡Empieza ahora mismo!